domingo, 5 de abril de 2015

Crónica 20


 jdlc, 2 abril 2016

 
jdlc

El edificio Moneo, en la Plaza del Cardenal Belluga, se ha convertido en uno de los lugares que más controversias y estupefacciones genera en la ciudad de Murcia. No conozco a nadie que, ante el deleite de contemplar la fachada barroca de la catedral, no haya manifestado alguna vez su agrado o desagrado, en cualquier caso su asombro, ante el retablo de catedral moderna con pedestales pero sin figuras de santos, donde la catedral se mira o se refleja, según se quiera.

No pretende esta nota aportar nada nuevo a la polémica mencionada. Nada, más allá, que la inquietud que produce el arte. Nos limitaremos a resaltar algo usual y cotidiano: todo el mundo se extraña de no recordar qué hubo alguna vez en ese lugar donde hoy se aposenta el edificio Moneo. Y lo dicen, además, con cierta nostalgia, como si lo anterior, sin recordarlo, en una situación que se asemeja a aquello de cualquier tiempo pasado fue mejor, tuviera que ser necesariamente, no solo mejor, también más armonioso con la arquitectura de la plaza. El caso es que nadie parece recordar qué hubo allí, si es que alguna vez hubo algo, como en cierto modo tampoco recuerdan qué hubo donde hoy se levanta la catedral de Murcia (si es que alguna vez hubo algo) y, sin embargo, no parecen extrañarse de su mala memoria. 

No ocurre lo mismo con el mendigo del aparcamiento de la Glorieta. Aunque nos esforcemos, parece que siempre ha estado ahí. Alguna vez aparece una rumana, pero el hombre, con su ropa gris y aviejada, justo al final de la escalera o al principio de la misma, siempre ha estado ahí, incluso parece que estaba antes que el aparcamiento o que el incremento de los coches motivaran la necesidad del aparcamiento. Porque lo cierto es que otros mendigos desaparecen cuando cae la noche o asaltan el cajero automático o se trasladan a otro parque más recóndito para dormitar sobre los bancos de madera, pero no este mendigo con su cuerpo acomodado a la escalera de piedra. Preguntarse quién estaba antes que él en ese lugar, si es que hubo alguna vez alguien, tal vez sea una forma de interrogar el mundo.

jdlc, 5 abril 2015.

jdlc, 2 abril 2016 

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